
🌱 1. Elige plantas que toleren sombra
Opta por especies resistentes a la baja iluminación, como helechos, sansevierias, potos, calatheas o zamioculcas. Son perfectas para rincones interiores o patios poco soleados.

2. Aprovecha la verticalidad
Si el espacio es reducido, usa repisas, maceteros colgantes o jardines verticales. Así ganas área verde sin ocupar el suelo y logras un efecto visual más fresco y amplio.

3. Usa macetas ligeras y decorativas
Prefiere macetas de plástico o resina en tonos neutros o terracota. Son fáciles de mover y combinan bien con cualquier estilo. Además, facilitan el mantenimiento y el drenaje.

4. Mejora la ventilación y humedad
Aunque no haya sol directo, las plantas necesitan aire fresco. Abre ventanas o coloca un ventilador suave para evitar exceso de humedad y mantenerlas saludables.

5. Añade luz artificial o puntos decorativos
Una luz LED cálida o una lámpara de crecimiento puede hacer maravillas.
Estas no solo ayudan a tus plantas a crecer, sino que también crean un ambiente acogedor.
Acompaña con algunos elementos decorativos naturales —como piedras, corteza o pequeñas figuras— y dale personalidad a tu jardín.

En resumen:
No importa el tamaño ni la luz disponible.
Con las plantas adecuadas, creatividad y un poco de amor, tu pequeño rincón puede transformarse en un jardín lleno de vida y frescura. 💚